El pasado negro de Alito Moreno: porro, traidor y corrupto

Campeche (AGENCIAS).- Detractores del dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, señalaron al político como traidor a sus principios políticos, así como de orquestador de manifestaciones contra la Universidad Autónoma de Campeche y haber cometido actos de corrupción durante su ciclo como funcionario público.

De acuerdo a lo que trasciende, la vida política de Moreno Cárdenas muestra un distanciamiento con los políticos que lo cobijaron y con quienes pactó.

Los detractores de Alejandro Moreno convocaron a una nueva fase de su lucha para evitar la reelección del exgobernador de Campeche como líder nacional del PRI.

La expresidenta del Comité Ejecutivo Nacional del tricolor Dulce María Sauri, hizo un llamado a la militancia para integrar un frente nacional que eche para atrás los acuerdos de la reciente Asamblea mediante el acopio de pruebas de irregularidades para llevarlas al Instituto Nacional Electoral.

Se trata de una nueva fase en la guerra interna que libra la actual dirigencia contra priistas históricos como Sauri, quien este mismo jueves, junto con otros exlíderes como Enrique Ochoa Reza y Pedro Joaquín Coldwell, llevaron su impugnación al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Sauri, vocera del Frente Ampio de Renovación, corriente opositora a “Alito”, publicó un llamado a los militantes que no estén de acuerdo con la celebración anticipada de la Asamblea Nacional y a la reelección de la actual dirigencia.

“La falta de información, la imposición de propuestas y la simulación, fueron parte del guion en la plenaria de la Asamblea Nacional, así como en las Asambleas municipales y estatales para la elección de ‘delegados’ a modo, o para sorprender a delegados de buena fe que vieron cerradas las puertas para participar en los debates y en las propuestas de cambio”, se denuncia en el desplegado.

Recuerdan informantes, que Alejandro Moreno Cárdenas llegó a la presidencia nacional del PRI respaldado por los gobernadores que tenía el partido en 2019, cuando todo apuntaba a que el doctor José Narro Robles se iba a convertir en el dirigente nacional, dado que tenía el respaldo del expresidente Enrique Peña Nieto.

De acuerdo con el relato de algunos de los exgobernadores que hicieron posible el triunfo de Moreno Cárdenas, fueron Héctor Astudillo, de Guerrero y Alfredo del Mazo, del Estado de México, quienes operaron en favor del entonces gobernador de Campeche, a pesar de las advertencias que les llegaron: “mucho rollo”, “tramposo”, “mentiroso”, pero él les ofreció que se convertiría “casi un sacerdote”.

La idea de Astudillo y Del Mazo era que tuvieran un aliado gobernador en la dirigencia del partido, en el entendido que al no tener Presidente de la República emanado del PRI, la fuerza del partido recaería nuevamente en los gobernadores, como pasó cuando el PAN ganó la Presidencia.

Así, los gobernadores lograron revertir los acuerdos en torno a Narro Robles y la llamada cargada priista se lanzó a apuntalar a Moreno Cárdenas, que logró una votación de millones de priistas.

El paso del tiempo llevó a cinco de esos gobernadores a alejarse de Alejandro Moreno: Miguel Aysa (quien heredó la gubernatura de Alejandro Moreno en Campeche); el propio Héctor Astudillo; Omar Fayad, de Hidalgo; Quirino Ordaz, de Sinaloa; Claudia Pavlovich, de Sonora; Marco Antonio Mena, de Tlaxcala y Alfredo del Mazo, del Estado de México, quien en medio de ese distanciamiento público logró entendimiento para imponer a Alejandra Del Moral como candidata a la gubernatura.

En corto, algunos de esos gobernadores, que por cierto vieron perder sus estados en manos de Morena, aseguran que si pudieran regresar el tiempo, de ninguna manera respaldarían a Moreno Cárdenas.

Pero mantenerse en el poder le ha requerido hacer algunos mínimos acercamientos con políticos experimentados, como Beatriz Paredes, quien en 2008, como presidenta nacional del PRI, frenó a Alejandro Moreno en sus deseos de ser gobernador de Campeche y se quedó como secretario de Organización en el CEN comandado por Paredes, como parte de los espacios a grupos que no eran perredistas, en este caso de la dupla Murat-Madrazo, de acuerdo con el relato de exsenadores de la LX y LXI Legislatura, que vivieron de cerca el proceso.

Beatriz Paredes sí ha hablado con los críticos de Alejandro Moreno para atenuar rebeliones, en la lógica de que los problemas internos del PRI no deben traducirse en fractura y menos en un tema mediático. Sin embargo, ella hoy también está en contra de la decisión de Alejandro Moreno de reelegirse al frente del PRI nacional.

Hoy, Alejandro Moreno ha emprendido una lucha contra todos quienes le ayudaron a llegar al poder, pero que critican sus excesos y sobre su escritorio hay peticiones, de su propio equipo, de expulsar a los expresidentes nacionales del partido que se han rebelado a que se mantenga al frente del partido.

Hoy, Alejandro Murat, hijo de José Murat, está en Morena, inconforme con el liderazgo de Alejandro; hoy Miguel Ángel Osorio dejó el PRI; luego que Moreno le quitó la coordinación de senadores. Hoy, Alfredo del Mazo y Héctor Astudillo, promotores de su candidatura a dirigir el PRI en 2019, ya se fueron del PRI también cansados por los excesos de poder de quien fuera su “gallo”.