Alertan por sequía en México; disminuye uso del agua en un 81% por persona
Cd. de México (BajaNews.mx).- México enfrenta una de las crisis hídricas más complejas de su historia. Más del 60% de los cuerpos de agua del país están contaminados y 157 acuíferos se encuentran sobreexplotados, según un informe de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Además, la pérdida del 50% de la vegetación ha reducido drásticamente la capacidad natural de retener agua, agravando el problema.
La escasez de agua en México no es nueva, pero en las últimas décadas ha empeorado debido a una combinación de factores. Entre 1950 y 2023, la disponibilidad de agua por persona disminuyó un 81%, de 17,750 a solo 3,358 metros cúbicos anuales, de acuerdo con un estudio del Tecnológico de Monterrey. Este descenso se debe al rápido crecimiento poblacional, la mala gestión de los recursos y el impacto cada vez más severo del cambio climático, con temperaturas elevadas y sequías prolongadas que afectan vastas regiones del país. En junio de 2024, el 59% de los municipios en México enfrentaron sequía, y 700 de ellos lo hicieron en condiciones extremas o severas.
Las consecuencias de esta crisis se sienten tanto en las ciudades como en las zonas rurales. En áreas urbanas, las fugas en las redes de agua potable y la sobreexplotación de fuentes para grandes desarrollos habitacionales son problemas cada vez más frecuentes. Por otro lado, en el campo, la escasez de agua ha impactado negativamente la producción agrícola, poniendo en riesgo cultivos básicos como el maíz, lo que amenaza la seguridad alimentaria de las comunidades rurales. Según la revista *UNAM Global*, presas y lagos en México han alcanzado sus niveles más bajos, mientras que las ciudades recurren cada vez más al reparto de agua mediante pipas o cortes programados (“tandeo”).
A pesar de que fenómenos meteorológicos como ciclones, huracanes y las recientes lluvias en el Valle de México han traído alivio temporal, estos eventos no son suficientes para revertir la crisis. Las precipitaciones, aunque útiles, no compensan la falta de una gestión adecuada del recurso ni la insuficiencia de infraestructura para su distribución y almacenamiento.
En este contexto, la tecnología y la innovación se posicionan como piezas clave para abordar el problema. Soluciones basadas en inteligencia artificial, realidad virtual y análisis de datos podrían ayudar a detectar y reparar fugas, optimizar la distribución del agua y mejorar la eficiencia en su uso. Mañana exploraremos con mayor profundidad estos desafíos y las implicaciones económicas, sociales y políticas de un plan integral para enfrentar la crisis hídrica.